Monasterio de Polovragi: frescos únicos, colecciones de museos y rica historia
El monasterio de Polovragi, enclavado en la parte norte de Gorj, bajo las montañas, es como una fortaleza blanca que ostenta características únicas en Rumanía, en particular sus frescos del pórtico. Pintados entre 1698 y 1703 por Andrei Constantinos, Gheorghe Istrate y Ranite, los primeros alumnos de la célebre Escuela Brancoveanu del Monasterio de Hurezi, estos frescos son de gran valor tanto por su iconografía como por su ejecución técnica.
Lo que distingue al monasterio de Polovragi son las raras representaciones iconográficas del pórtico, con imágenes de monasterios del Monte Athos, pintadas por Constantinos, que era de origen griego. Esto hace que el monasterio de Polovragi destaque, ya que otras iglesias y monasterios del país suelen presentar frescos que representan el Cielo, el Infierno o el Juicio Final. Estos frescos han sido totalmente restaurados y terminados en 2012, preservando su belleza para las generaciones venideras.
El asentamiento monástico de Polovragi está situado en un pintoresco paraje a los pies del monte Piatra Polovragilor, rodeado de árboles frutales y castaños comestibles en un sereno vergel. Aunque las plantaciones de castaños han disminuido con los años, los habitantes de Polovragi, conocidos por su laboriosidad y diligencia, han mantenido su conexión con la tierra. Desde 1968, el monasterio alberga una comunidad de monjas que encarnan la piedad, la diligencia, la seriedad y la hospitalidad cristiana.
Los visitantes de Polovragi son recibidos calurosamente por las monjas, que trabajan incansablemente durante todo el día, ocupándose de diversas tareas y apoyándose mutuamente como una familia muy unida. El monasterio también alberga una colección museística de iconos de madera y cristal de los siglos XVIII y XIX, así como una importante colección de más de 3.000 libros antiguos.
A pesar de su rica historia, el monasterio de Polovragi se ha enfrentado a retos en el pasado. Alrededor de 1860 sufrió un gran incendio que provocó la pérdida de todos sus documentos. Sin embargo, la mampostería se conservó, lo que permitió continuar las obras de restauración y preservar el estilo Brancoveanu.
Otro acontecimiento notable en la historia del monasterio tuvo lugar durante la invasión austriaca de Valaquia, cuando se perdieron preciosos objetos sagrados. Los monjes de Polovragi tomaron medidas para proteger las reliquias escondiéndolas en el cauce del río Olteț, pero desgraciadamente no pudieron localizarlas tras la invasión debido a la abundancia de agua. Entre los objetos perdidos había ornamentos de los siglos XVI-XVII, incensarios, un evangelio encuadernado en oro y diversos vasos litúrgicos, que se suman a la intrigante historia del monasterio.
A pesar de estos retos, el monasterio de Polovragi sigue siendo un importante hito espiritual y cultural, que atrae cada año a miles de visitantes cautivados por sus características únicas y su rico patrimonio.